Hello.

Cómo perder a un profesor en (otros) 5 cómodos pasos [Round 2]

¿Ya habéis conseguido parar de llorar por la "vuelta al cole"? ¡Asumidla de una vez! El helado en tamaño familiar y los kilos de chocolate no os quitarán la pena, tan solo os pondrán más gordos y entonces vuestra pena será aún más grande. No entréis en ese círculo vicioso y retomad la rutina con buen humor (como yo, que estoy derramando lágrimas mientras escribo estas líneas pero porque tengo alergia o muchas motas de polvo en la habitación).
 
El caso es que la realidad es innegable por mucho que queramos aferrarnos al último soplo de vida feliz y vacacional. Estamos rodeados de indicadores que dan prueba de ello: no aparcas ni un Micro Machine en la calle, el Metro de Madrid ha vuelto a oler a humanidad, las cañas se han visto sustituidas por serios cafés, los paraguas han ocupado en el bolso el sitio de nuestras gafas de sol, y las sandalias constituyen únicamente ya el outfit de los extranjeros y de los más valientes (o kamikazes).
 
Así, con toda esta dosis de verdad, es como los alumnos y los profesores volvemos a las aulas con la esperanza al menos de que el curso nuevo nos traiga muchas cosas buenas (y entre ellas el verano de vuelta). No obstante, para que esto suceda es primordial que exista una buena relación/comunicación entre las dos partes y se eviten puntos conflictivos que podrían ponerla en peligro. Por este motivo, en la entrada anterior, compartí con vosotros cinco errores comunes que los alumnos cometen y que desatan la sorpresa, la ira, la carcajada nerviosa o la parálisis cardiovascular del profesor. Sin embargo, me dejé en el tintero otras críticas y anécdotas que merecen igualmente su comentario:
 
1. "Antes muerta que sencilla": un gesto tan simple como pedir una foto de carnet a un alumno puede suponerle un dilema gigantesco porque, ¿en qué foto sale más mono? No importa que el fin de esta sea académico, algunos te envían la de su perfil en Facebook y se quedan tan a gusto (sí, han conseguido recortar el cubata de la mano y encima salen estupendos). El aula virtual puede albergar las más variopintas imágenes (tanto que a veces temo encontrarme selfies o incluso morritos). Estudiantes, cuidad de vuestra imagen a todos los niveles. Quizá fuisteis a Ámsterdam simplemente a ver museos pero una foto de noche con su fondo no es una buena idea para este tipo de cosas.
 
2. "Esa profesora es Satán, y fea, y gorda, y viste mal, y está amargada, etc.": pensemos una cosa por un segundito: ¿los profesores llegamos a clase y nos ponemos a criticar abiertamente a otros alumnos? Entonces, ¿por qué los alumnos se empeñan en criticar al resto de profesores en nuestra presencia? No queda bien, para nada. Y encima nos dais lugar a pensar que hacéis eso mismo con nosotros (y a saber qué otros adjetivos nos tenéis reservados). Evitad esos comportamientos y así no nos sentiremos incómodos.
 
3. "Vamos, que he mezclado unas conversaciones privadas con los ejercicios y que la he liao' parda": por increíble que parezca, me ha pasado hasta en dos ocasiones. Recogí unos trabajos grapados y cuando me puse a leerlos me encontré con que las últimas páginas eran parte de una conversación privada a través de una red social. Una de ellas era de carácter amoroso pero la otra era una crítica total al trabajo en sí mismo, es decir, el alumno se estaba quejando de lo aburrido que era el ejercicio y de las ganas de dormir que tenía (y tan dormido estaba que me lo entregó así). Cuidado con los despistes, son más comunes de lo que pueden parecer.
 
4. "Me he metido un chute de cafeína y voy a comer techo toda la noche": la experiencia me ha demostrado que todo alumno lleva una bestia parda dentro que se despierta a la llamada del TFG o TFM. Los correos más surrealistas que he recibido han sido producto de los delirios provocados por estas asignaturas. Puede haber una cierta confianza con el tutor pero esta nunca debe sobrepasarse hasta el extremo de contarle los cafés, pastillas para dormir o tilas que uno se mete para el cuerpo mientras escribe las 40 u 80 páginas más tortuosas de su vida. Sacarse una carrera o un máster requiere de un esfuerzo inmensurable pero hay que realizarlo también debidamente, no dejarse enloquecer y mostrar una histeria injustificada.
 
5. "No tiene tiempo para poner las notas pero sí lo tiene, por ejemplo, para publicar tweets": las notas son una droga, siempre las queremos y las queremos YA. Es curioso que el mejor profesor del mundo pase a ser alguien a quien se le cuestiona su profesionalidad incluso por no satisfacer los deseos de los alumnos en cuanto a tiempo de evaluación. Sí, es cierto, se nos paga para calificar (como nos recuerdan siempre los alumnos) pero también se no paga por hacer otras muchas cosas en el mundo académico (que quizá ellos desconocen). Tenemos nuestros plazos para subir notas y mientras tanto, tenemos derecho a publicar tweets, ir al parque, dar ponencias en congresos y llevar una vida que no gire en torno única y exclusivamente a la docencia y a las exigencias de los alumnos.
 
Una vez expuestos estos cinco nuevos apuntes/reproches, solo me queda pedir un poco más de comprensión y empatía en las aulas (eso que siempre suelen pedir los alumnos) porque nosotros también necesitamos a veces de esas cosas. Espero que los consejos que he dado por aquí os ayuden a sobrevivir a los estudios y a no matar en el intento a ningún profesor (aunque sea de un disgusto). ¡Mucho ánimo con las clases!

Cómo perder a un profesor en 5 cómodos pasos [Round 1]

Nuestros peores temores se confirman: ¡la “vuelta al cole” es inminente! Ya nos lo ha estado avisando El Corte Inglés desde hace mes y medio (y provocando en nosotros ardientes deseos de demoler sus edificios) pero nosotros nos negábamos a creerlo (para seguir aferrados a la vida). El caso es que toca retomar la rutina y esto no solo lo hacen los alumnos (que son los que más se quejan), sino también los profesores (que son los que menos nos quejamos, seamos sinceros, expresamente…).

Una vez asumimos la realidad ambas partes, nos toca enfrentarnos a ella en las aulas y ahí es donde puede pasar de todo... Conocemos a la perfección las críticas de los estudiantes porque todos lo hemos sido alguna vez y nos hemos hartado de criticar a los profesores, a los padres de los profesores por engendrarlos (y, en momentos de enfado máximo, hasta a Adán y Eva por originar a la especie humana sin erradicar el gen de la vocación por la docencia) sin ningún tipo de empatía hacia ellos. Sin embargo, estamos poco familiarizados con la versión de la otra parte, con su versión, y yo que llevo 4 años ya en la docencia puedo dar fe de que nosotros también tenemos nuestras críticas (para dar y regalar) hacia el alumnado.

Las clases no son un ring (por mucha hostilidad que pueda haber cuando caigan exámenes sorpresas o malas notas). La buena relación entre alumno y profesor es esencial a todos los niveles porque incluso en el universitario existen defectillos de trato que pueden desembocar en algún conflicto innecesario. Para que exista esa buena relación, hay una serie de actitudes que no deben desarrollarse nunca (aunque todos como estudiantes desarrollamos en algún momento de nuestras vidas) porque se corre el peligro de “perder al profesor” para siempre. Así pues, me gustaría compartir con vosotros los cinco comportamientos que a mí, personalmente, me hacen implosionar como docente:

1.    “URGENTE”, “IMPORTANTE” (o “MUY IMPORTANTE”, o “MUY MUY IMPORTANTE”), “AYUDA”, “¿Y AHORA QUÉ HAGO?”, “DUDA EXISTENCIAL”: estas palabras ya son lo suficientemente rotundas por sí solas como para acompañarlas de mayúsculas, sin embargo, a los alumnos les encanta el drama y no solo te las graban en las retinas en sus asuntos de correo, sino que te las chillan con millones de exclamaciones. Ellos desgastan el botón de “Bloq Mayús” y a ti te llega un aviso al mail y en cuanto lo abres empiezas con taquicardias y sudores fríos. ¿De verdad era tan importante el mensaje como para enviarlo prioritario, no importa a qué hora ni qué día y cargadito de agonía extrema? ¿El alumno pretendía llamar la atención del profesor o hacerlo infartar directamente? Por favor, estudiantes, si no es cuestión de vida o muerte… ¿por qué os dirigís al profesor como si tuvierais una nube negra sobre vuestra cabeza que truena anunciando el Apocalipsis? No os deja en buen lugar escribir mensajes en mitad de la noche o del fin de semana y en ese tono de histeria. No abuséis de las representaciones teatrales porque perderéis fiabilidad y podréis ofender al docente al compartir una preocupación que quizá él no la perciba como tal.

2.     “¿Cuántos años tienes?”: esta pregunta indiscreta se da mucho entre los profesores de la universidad que somos jovencitos. Es cierto que no tiene que resultar ofensiva necesariamente pero también es cierto que en este tiempo yo, personalmente, me he sentido cuestionada por la edad en ocasiones y le tengo cierto respeto. Estamos en una clase, no en el plató de Mujeres, Hombres y Viceversa, por lo que las preguntas personales deben tener la cabida justa y necesaria.

3.     “- ¿Quién es? – Soy yo”: no, esta no es la canción de Pimpinela. He reproducido el inicio de una conversación telefónica con algún alumno que ha buscado mi teléfono por Internet y me ha llamado repentinamente para hacerme una consulta “vital”, que no podía atender a otras formas más correctas y menos invasivas. Eso da miedito, sí… ¿Lo siguiente será recibir una carta con recortes de palabras como en las películas de los sábados de Antena 3? El teléfono es algo muy personal, no se puede invadir la intimidad de un profesor de esas maneras si no está lo suficientemente justificado.

4.     “Hola, ¿me lees?”: este es el riesgo que uno corre cuando amablemente da su teléfono a los alumnos para que lo utilicen en caso de urgencia y por algún motivo muy concreto (yo, por ejemplo, se lo doy a mis tutorandos de TFM para fijar reuniones telefónicas). Tienes ese gesto de confianza y un día, de repente, se ilumina la lucecilla del móvil avisando de que has recibido un WhatsApp. Corres hacia él esperando que sea un amigo proponiéndote un buen plan, tu novio con alguna declaración de amor o tu madre preguntando qué has comido… Pero no, es tu alumno derribando las barreras de seguridad y haciéndote sentir tremendamente incómoda. Estudiantes, si un profesor tiene el detalle de daros algo tan personal como es su número, apreciadlo y no abuséis de él. Usadlo simplemente para el fin con el que se os fue dado.

5.     “¡Anda! ¿Qué haces tú por aquí?”: ya ves, llamadme loca, pero creo que es normal que los profesores vayamos al cuarto de baño y salgamos a la calle. Sin embargo, cuando nos encontramos con algún alumno fuera de las cuatro paredes de la clase, solemos suscitar esa expresión tan molesta. Preguntadnos que qué tal estamos o sonreídnos si nos hemos topado de lleno en los servicios de la universidad pero no hagáis que la situación sea aún más desagradable con esa frasecita.

Bueno, expuestos todos estos puntos, espero que los estudiantes (ajenos y propios) se empiecen a desenvolver mejor en este nuevo curso. Podría seguir dando algunas pautas más de comportamiento pero no quiero alargar la entrada (y aburriros en exceso), por lo que haré una segunda con otros cinco cómodos pasos que pueden llevar a los alumnos a perder a su profesor.

Espero que esta entrada os resulte de utilidad o que, en su defecto, os saque alguna (son)risa. ¡Que tengáis la clase en paz!


La delgada línea entre lo moral y lo profesionalmente correcto

¡Buenos días tremendamente primaverales! Como en prácticamente todas las entradas que escribo estos últimos tiempos, he de volver a excusar mis ausencias por el blog pero de verdad que con tanta carga de trabajo estoy al borde de la locura y ponerme a escribir entradas creo que sería arriesgarme demasiado a caer en ella.
 
Hoy quiero compartir con vosotros la ponencia que di hace una semanilla en el ENETI 2014 (Encuentro Nacional de Estudiantes de Traducción e Interpretación) sobre la importancia que tiene el código deontológico para los traductores e intérpretes de los Servicios Públicos.
 
El vídeo es bastante dinámico porque el tema se presta a ello así que os animo a verlo y a reflexionar sobre todas las situaciones prácticas que planteo respecto este tema con el fin de contribuir en la formación de este colectivo específico y, consecuentemente, en la calidad del trabajo que realiza.
 
Espero que disfrutéis viéndolo tanto como yo lo hice hablando ;)

Martes 1 de abril-Seminarios en la Universidad de Alcalá

Con motivo del 5º Congreso Internacional sobre Traducción e Interpretación en los Servicios Públicos, hoy en la Sala de Grados de la Facultad de Derecho (C/Libreros 27) de la Universidad de Alcalá tendrá lugar el seminario de Jana Kabícková "World Interpreting System"de 16.00 h a 18.00 h y el de María Galán Barrera "ASETRAD" de 18.00 h a 20.00 h.

¡No os lo perdáis!

¿Cómo abordar óptimamente un encargo de traducción e interpretación para los Servicios Públicos?

¡Buenos días gélidos! Hoy empiezo planteando desde el título de la entrada una duda existencial, que espero que os haga pensar un poquito y os ayude (con algo de suerte) a afrontar mejor los encargos de traducción e interpretación para los Servicios Públicos

Esta pregunta (del millón) viene porque hace unos días me asignaron la asignatura Técnicas y Recursos del Máster en Comunicación Intercultural, Interpretación y Traducción en los Servicios Públicos de la Universidad de Alcalá. La verdad es que el propio nombre ya me hizo entrever que impartir (unas buenas) clases iba a suponer bastante esfuerzo y reflexión porque no es lo mismo saber traducir y/o interpretar para los Servicios Públicos que saber optimizar el trabajo como traductor y/o intérprete de los Servicios Públicos y yo tenía que enseñarles precisamente eso. Así que nada, tiré de autocrítica y empecé a analizar qué hacía yo, qué errores y aciertos había cometido haciéndolo y cómo podía debilitar los errores y fortalecer los aciertos. Luego me fui a interrogar a otros compañeros de profesión (dejé de fustigarme un rato) y empecé a extraer conclusiones bastante interesantes de las que aprendí enormemente (porque enseñando también se aprende). Con todo esto, elaboré una pequeña lista de consejos para mis alumnos sobre cómo abordar óptimamente un encargo de traducción e interpretación para los Servicios Públicos que me gustaría compartir con vosotros (en su versión más reducida):

Respecto a los recursos

- Es muy importante considerar los recursos humanos como una fuente de gran valor para esta especialidad de la TeI. Consultar a nuestros compañeros de profesión es algo que nos recomiendan desde el primer año de carrera pero en la TISP se hace más complicada dicha consulta puesto que no somos muchos los que nos dedicamos a este ámbito concreto o estamos debidamente formados para hacerlo. Por este motivo, personalmente pienso que es vital "fichar a los nuestros" y tener muy claro a quién recurrir cuando sea necesario. Yo, por ejemplo, tengo una lista de contactos con sus características más relevantes (ámbito, lenguas, formación, experiencia, etc.) y creo que es muy útil porque soy consciente de que hacer una pregunta en Twitter, Facebook o Proz sobre cualquier problema que verse sobre esta especialidad no se resuelve (si es que lo hace) con la misma rapidez que si versa sobre otras especialidades más "pobladas" de la TeI.
- Es muy recomendable, en mi opinión, elaborar glosarios personales para desenvolverse competentemente en los Servicios Públicos. Normalmente esta especialidad proporciona encargos de carácter urgente que apenas permiten una preparación previa para llevarlos a cabo. Así pues, los glosarios personales pueden ser grandes aliados para actuar con esa prontitud exigida por la TISP. Esto significa que habría que anticiparse a tales encargos y preparar un glosario teniendo en cuenta los temas más recurrentes en los Servicios Públicos y la terminología más repetida en los ámbitos concretos en los que se vaya a ejercer.
- Es vital conocer "fuentes" especializadas, útiles y fiables que sirvan de apoyo para la elaboración de glosarios y para el propio desempeño de la actividad como traductor e intérprete de los Servicios Públicos. Con "fuentes" no solo me refiero a diccionarios, páginas especializadas de consulta, bancos de datos, etc., sino también a artículos que aborden aspectos relevantes de este profesional (códigos deontológicos, experiencias, etc.), a herramientas que permitan la corrección de gramática/ortografía/ortotipografía (las inversas son muy comunes) o a recursos que nos permitan incluso mejorar la pronunciación de nuestra segunda lengua (porque la interpretación bilateral es la modalidad propia de esta especialidad).

Respecto a las técnicas

- Es inevitable incorporar la anticipación a nuestras técnicas para abordar óptimamente un encargo de traducción e interpretación. Como ya dije antes, la TISP tiene un carácter normalmente urgente que va con el factor sorpresa incorporado. Cuando alguien necesita a un traductor e intérprete en los Servicios Públicos suele ser "para ya" (un robo, un parto, un trámite burocrático, un accidente, etc.) y no vale que el profesional tenga que rechazar el trabajo por que se haya quedado a cuadros con el encargo. Si trabajas en esta especialidad (y depende también en el ámbito concreto en el que lo hagas) debes saber qué te puedes encontrar, de dónde pueden llamarte (hay gente que va dejando tarjetas sin miramiento ninguno) y cómo vas a enfrentarte a ello. La preparación previa es fundamental en la TISP.
- Es muy necesario conocer el código deontológico y plantearse distintas situaciones éticamente comprometidas con sus correspondientes soluciones. Una cosa es la teoría y otra es la práctica, lo sé. Uno puede tener muy claro que los principios que hay que seguir son los de confidencialidad, imparcialidad, profesionalidad y exactitud, y otra cosa es que te vengan situaciones que hagan tambalear estos cuatro bonitos principios y lleguen los sudores fríos y el dolor de estómago. Es muy típica esa frase de "no sé qué haría, me tendría que ver en esa situación". Pues bueno, puedes verte perfectamente y te aseguro que te arrepentirás de no haber barajado opciones antes. Es cierto que a la "hora de la verdad" el ser humano puede ser impredecible pero no está de más irse preparando para esa "hora". De este modo, cuando llegue, probablemente actúes como te salga pero lo harás habiendo sopesado antes las consecuencias de tus actos. Es absurdo, por ejemplo, marcarse la regla de no dar dinero nunca a ningún usuario que te lo pida (para un bocadillo, tren o lo que sea) porque puede variar según el caso. Por ello, yo creo que no se puede ser tan rígido siempre, pero sí consecuente con los actos y si por alguna razón yo decido dar dinero a la persona para la que estoy interpretando he de haber valorado previamente ese gesto y sus posibles consecuencias.

Bueno, estos son muy grosso modo algunos de los consejos que podrían seros de utilidad, desde mi punto de vista, para abordar óptimamente un encargo de traducción e interpretación en los Servicios Públicos. Podría daros muchos más pero creo que estos son los que mejor se prestan a la reflexión y solo esta puede haceros descubrir vuestra propias técnicas y recursos...

¡Empieza la Global E-Party en TISP (2ª edición)! ¿Participas?

¡Buenos días con alegría!

Hoy empieza la Global E-Party en TISP, una actividad dinámica y divertida gracias a la cual podrás conocer distintos aspectos de la Traducción e Interpretación en los Servicios Públicos (TISP). Disfruta leyendo y respondiendo a los debates planteados, aprovecha los materiales compartidos, relaciónate con otros usuarios y expertos en la materia, expón tus opiniones/experiencia y descubre la del resto, etc. Aprende, en definitiva, de esta especialidad tan especial de la Traducción e Interpretación.

No pierdas esta oportunidad y conéctate a Twitter (@GlobalPartyTISP) y a Facebook (https://www.facebook.com/globalepartyenTISP) durante los días 11, 12 y 13 de noviembre.

¡Contamos contigo!



 
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