Estamos a mediados de abril y se acerca relativamente (¡que no cunda el pánico!) la fecha de entrega de las tesinas, denominadas en los planes de estudio “Trabajos Fin de Máster” probablemente para no provocar la huida masiva de los estudiantes. A estas alturas seguro que más de uno, aparte de mí, podría levitar del estrés que tiene en lo alto así que he decidido crear esta entrada a modo de terapia.
Hacer una tesina es duro, muy duro. Los que estéis también con ella aparte de este adjetivo tendréis todo un repertorio para calificarla, no lo neguéis… Y, bueno, los que aún no la hayáis empezado pero quizá tengáis pensado hacerla algún día deberíais saberlo ya. Os cuento esto para que seáis conscientes de que hay que currar en grandes cantidades aunque puede que, con un poco de suerte, lleguéis a descubrir el tormentoso placer de investigar. Sí sí, "tormentoso placer" porque un día vuestro trabajo será una tortura y otros será un gustazo (acostumbraos a los cambios de humor) pero bueno, esto es parte de su encanto, ¿no?
Además, esta es la vía para hacer el Doctorado y es una suerte tener la oportunidad de probar algo parecido antes de entrar en un proyecto de investigación tan enorme. Así, si le encuentras ese encanto sigues adelante y si acabas escaldao’, te alejas de las bibliotecas en una temporada y ¡listo! Yo creo que es una experiencia bastante gratificante que a mí, al menos, me está aportando muchas cosas bonitas y enseñando algo nuevo todos los días. Sin embargo, es cierto que ¡hay que saber llevarla! De ahí que os presente hoy 10 consejos precisamente para eso:
- Pon un/a muso/a en tu vida: Necesitas estar inspirado y motivado las 24 horas del día y, sobre todo, necesitas que te guste lo que haces. Ponte una foto del Pitt o de la Jolie de salvapantallas, medita, compra un jardín Zen o dale duro al incienso pero intenta no coger tirria a tu proyecto.
- Deja la cafeína: ¡No hace ningún bien! Vale que te quite el sueño la tesina pero no la Coca-Cola, es justo lo que te faltaba. Dormir es esencial para estar inspirado y motivado.
- Cero estrés: No preguntes a los compañeros por el número de páginas o de palabras que llevan escritas puesto que cada uno es un mundo y vas a acabar con taquicardias innecesarias (sobre todo si te saltaste el consejo anterior). Tú a tu ritmo, sin comparaciones.
- Aprovecha el tiempo de “bloqueo”: Haz repostería o abdominales, pon lavadoras, riega las plantas pero no te quedes parado mirando al ordenador. Ya sabes que el trabajo no se va a escribir solo así que haz lo posible para no agobiarte cuando la cosa no vaya. Desconecta cuando sea necesario y luego ¡coge al toro por los cuernos con más ganas!
- Ve siempre la tesina “medio llena y no medio vacía”: Ten una actitud positiva porque eso te ayudará a terminar el trabajo sin morir en el intento.
- Busca un sustituto de las pipas también bajo en calorías: Come en condiciones porque tienes que pillar energías de donde sea. Si tienes ansiedad y te da por comer, olvídate de las pipas que acabarán destruyendo tus pupilas gustativas y compra cereales o jamón de York, por ejemplo.
- Conoce gente que no haya hecho una tesina, que no esté haciéndola o que no tenga intención de hacerla nunca jamás: Intenta hablar con personas que no guarden relación con este trabajito de investigación para que tu vida no se convierta en un mono tema y acabes quemándote.
- Controla tu mal genio: No pagues con el resto del mundo tus cambios de humor. Tienes que sentirte apoyado y en armonía total con todo ser vivo así que no busques conflictos. Hazte entender pero entiende tú también.
- Disfruta de la luz solar: Apaga el flexo y sal a dar una vuelta. Te esperan días largos e idénticos por lo que el mantenerte activo es fundamental. Fuera el pijama, el “moño Samurái” y a la ducha de cabeza.
- Tómate las cosas con un buen sentido del humor: Hártate de ver monólogos del Club de la Comedia o simplemente escribe una entrada como esta ;) Ríe y ¡deja de compadecerte!
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