¡Eso no se hace!

Hoy quiero compartir con vosotros la escena que viví hace unos días durante una interpretación y que me ha servido para saber que hay ciertas cosas que no se pueden hacer cuando uno interpreta

Se trataba de una reunión organizada por el personal sanitario de un centro de salud en la que asistieron personas de distintas nacionalidades con el fin de ser informadas, entre otras cosas, de la nueva Ley concerniente a la inmigración y a la asistencia médica. Como podéis imaginar, el tema principal anunciaba polémica.

La cosa es que ahí estábamos unos pocos, interpretando a distintos idiomas lo que nos pedían los asistentes (no necesitaban una interpretación continua de los discursos porque tenían ciertos conocimientos de castellano así que básicamente se interpretaban los incisos más importantes o los que podrían ser más complicados de entender por su carga terminológica). La verdad es que no era una interpretación excesivamente complicada en cuanto a vocabulario o ritmo de elocución pero sí que había que saberla llevar de la mejor manera posible porque la gente participaba activamente dando su opinión y, claro, ¡hay opiniones y opiniones!

Precisamente este es el aspecto que pasó un poco desapercibido para uno de los intérpretes que allí estaban y que trajo algunas consecuencias desagradables gracias a las cuales yo aprendí una lección que quiero transmitiros para que todos evitemos estos disgustillos de ahora en adelante. 

En resumen, el error más gordo que derivó de este despiste fue que esta persona olvidó un poco su papel neutral y se involucró totalmente, creando diálogos personales con los propios asistentes. De esta manera,  dejó de interpretar en numerosas ocasiones y, consecuentemente, no nos pasó la información a los que no entendíamos esa lengua y teníamos los cinco sentidos puestos para intentar pillar algo (sin éxito alguno). Además, ante ese clima distendido que se había generado con ese “colegueo”, la gente comenzó a exaltarse y, aunque no comprendíamos todo, podíamos deducir que expresaban su profunda indignación hacia la nueva Ley, hacia España y hacia  el Gobierno español. Fue una situación realmente incómoda para todos los que nos quedamos al margen de la conversación porque cazábamos palabras al vuelo que no eran positivas y que no sabíamos a cuento de qué venían… 

Está claro que la política ya de por sí es un tema controvertido pero ¡imaginaos cuánto de controvertido puede llegar a ser cuando es el propio intérprete el que habla de ella tranquilamente con los usuarios de sus servicios! Este detalle y el de los “vacíos interpretativos” hicieron que más de uno saliéramos de la sala totalmente perplejos.

En mi caso os puedo decir que me quedé bastante LOST IN INTERPRETATION. De todas maneras, me llevé una buena moraleja de esta experiencia que utilizaré siempre: “limítate a interpretar, hazlo con tacto cuando sea necesario, y no olvides nunca que eso es únicamente lo que esperan de ti”.

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