- "Necesitamos jóvenes investigadores" (aplausos)

Hace algunos días se celebró en Madrid la tercera edición de Uni-Ciencia, un evento de divulgación científica e innovación que reúne a expertos académicos en diversas materias para profundizar en las cuestiones que más llaman la atención de la sociedad. Este año lo hizo bajo el lema "Ciencia, ¿para qué?: la universidad responde" y la verdad es que en cuanto me llegó la información al respecto con esta preguntita (aparentemente sencilla), me animé a reservar la plaza (no sin antes pasarme unos minutos en pleno monólogo interior tratando de darle respuesta) y a echar un vistazo a su página web. A través de la misma, pude ver que el evento se organizaba en cuatro mesas distintas que daban con la clave de la pregunta original: "Para decidir mejor", "Para competir mejor", "Para pensar mejor" y "Para vivir mejor" (sinceramente, las respuestas que yo pensé para ella eran algo más vagas y típicas). 

Así, intrigada por la forma en la que abordarían una cuestión tan básica y tan poco reflexionada normalmente (ni con Doctorado, ni sin él), el 25 de abril acabé en la Biblioteca Nacional de España escuchando unas ponencias que me parecieron muy interesantes, y cuyos aspectos más llamativos/polémicos quiero abordar en esta entrada. Por ello, aunque personalmente recomiendo encarecidamente ir a Uni-Ciencia (yo intentaré repetir) ya que considero este evento una oportunidad para aprender y elaborarse opiniones propias, me gustaría compartir con vosotros algunas reflexiones (críticas) que extraje del mismo:

1. Mayoría masculina: ya me habían avisado de que en el mundo de la investigación pasaban estas cosas pero, de todas formas, no pude evitar llevarme la sorpresa cuando en la sala se hizo tan evidente la primacía de los hombres sobre las mujeres. Es cierto que hubo dos moderadoras pero tan solo tres ponentes invitadas (y doce ponentes invitados)... Esta mayoría se puso igualmente de manifiesto entre los oyentes y, sin entrar a emitir juicios de valor, simplemente diré que me parece un dato cuanto menos curioso.

2. Reivindicaciones continuas al carácter científico de las Ciencias Sociales: esto me hubiera parecido de lo más normal del mundo si no hubiera sido porque en ninguna mesa se hizo mención a las Humanidades. Por supuesto que se habló de la Física, la Química, las Matemáticas, la Tecnología, la Informática y otras materias cuya cientificidad, afortunadamente, no se pone en duda. Así que solo faltó que se hablara, aunque fuera de pasada (con mayor detenimiento quizá hubiera sido mucho pedir), de las Humanidades (y eso que más de un ponente guardaba relación estrecha con las mismas). Me hubiera encantado cualquier mínima alusión a ellas.

3. Quejas repetidas sobre la infravaloración de la figura del científico: me resultó especialmente gracioso este aspecto abordado en varias ocasiones a lo largo de las conferencias puesto que me hizo pensar que no daba ni una eligiendo mi trayectoria profesional (primero traductora e intérprete, después traductora e intérprete especializada en los Servicios Públicos y ahora doctoranda).  Pero ya aparte de esta ironía que me tomé de buen humor, no pude resistir la tentación de formular una pregunta al ponente que tanto había insistido en el tema. Así pues, le pregunté si pensaba que de esa infravaloración también era en parte responsable el propio colectivo científico. En este sentido le expliqué que me parecía extraño que en las universidades apenas se nos hablara del Doctorado como salida profesional y le comenté, que desde mi punto de vista, tenían que ser los propios investigadores/científicos los que otorgaran el valor suficiente a esa forma de vida. El ponente me respondió algo así como que no consideraba necesario captar a alumnos para que se dedicaran a la investigación ya que, normalmente, eran los brillantes los que tomaban esta decisión por voluntad propia. Además, me dijo que la situación económica en este campo era pésima y que, por tanto, no tenía sentido ofrecer algo para lo que no hay becas. Terminó su respuesta sepultando mis ilusiones (y seguro las de algún otro oyente más) con la siguiente frase: "No tenemos una actitud muy positiva sobre esto, según está todo". En fin, creo que se equivocó con esta actitud de lleno (lo que me lleva al cuarto y último aspecto que quiero comentar).

4. "Necesitamos jóvenes investigadores": este punto da nombre al título de mi entrada y es, en mi opinión, el más relevante (y doloroso de todos). Esta cita textual se utilizó en varias ocasiones durante la jornada (poniéndome de un humor de perros). Se utilizó incluso para cerrar la última mesa redonda, provocando un aplauso generalizado entre el público. Sobre ello puedo hacer varias críticas/reflexiones/apreciaciones. La primera de ellas es que en la sala no había demasiados oyentes jóvenes, por lo que se debería considerar quizá la forma de llegar a ellos para próximas ediciones (si se les quiere dar la misma importancia que predican las palabras de la cita textual analizada). La segunda es que entre los ponentes tampoco había ningún investigador joven, de esos que están acabando su Tesis o se acaban de doctorar  (y que aunque no tienen curriculum tan espectaculares se merecen una oportunidad dentro del colectivo competitivo para el que trabajan). La tercera es que actitudes desalentadoras o pasivas como la citada en el punto anterior no ayudan nada a esta situación. La cuarta es que el sistema actual no facilita el acceso de jóvenes a la investigación (recortes, requisitos excesivos para un puesto en la universidad, etc.), por lo que son los veteranos los que tienen que ayudarnos a los más novatos a cambiar una jerarquía injusta y desproporcionada, y en su defecto, al menos a valorar nuestros esfuerzos. Y la quinta y última es que los aplausos siempre gustan pero quizá habría que buscarlos entre los aludidos en esa frase, los jóvenes.

En fin, espero que esta entrada os haya servido para labraros vuestras propias reflexiones (las mías no pueden ser más evidentes) y, sobre todo, para que NO os desaniméis por muy negra que veáis u os pinten la situación. De todo se aprende, ¿no? (hasta de las respuestas que a uno no le gusta oír).

2 comentarios:

  1. Comparto totalmente tu entrada. Es triste ver ciertos comentarios de esperanza cuando ni siquiera en foros como estos cuentan con los jóvenes. Queda bonita decir que somos el futuro, pero de momento poco nos dejan del presente...

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  2. Muy buena entrada. Yo también he comenzado un doctorado este año y me siento muy identificada con tus comentarios y reflexiones. ¡Un saludo!

    Ida

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